Ingeniería Mundial
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El planeta donde las nubes son de rubíes y zafiros

Astrónomos de la Universidad de Warwick han descubierto señales de fuertes vientos cambiantes en un planeta 16 veces mayor que la Tierra y situado a más de 1.000 años luz de distancia. Es la primera vez que ha sido detectado el sistema meteorológico de un gigante de gas fuera de nuestro Sistema Solar, según publican los autores del estudio en la revista «Nature Astronomy».

Descubierto por primera vez en 2008, HAT-P-7b es un exoplaneta un 40% más grande que Júpiter y 500 veces más masivo que la Tierra. Orbita una estrella un 50% más masiva que el Sol y el doble de grande. Pero además, este gigante de gas se ve afectado por cambios a gran escala provocados por fuertes vientos que se mueven por todo el planeta, lo que probablemente dará lugar a tormentas catastróficas.

Utilizando el telescopio Kepler de la NASA, David Armstrong, del Grupo de Astrofísica de Warwick, identificó cambios en la luz reflejada por la atmósfera de HAT-P-7b, mostrando que el punto más brillante del planeta cambia su posición.

 

Esta transformación se debe a unos espectaculares vientos de velocidades variables provenientes del ecuador, que empujan grandes cantidades de nubes por todo el planeta. Las mismas nubes deben de ser impresionantes, ya que probablemente están hechas de corindón, el mineral que forma los rubíes y zafiros.

Un infierno gaseoso

El planeta nunca podría ser habitable, debido a su imposible y violento sistema meteorológico, regido por temperaturas infernales. Un lado del planeta siempre se enfrenta a su estrella, porque está bloqueado por las fuerzas de marea, y permanece mucho más caliente que el otro, con una temperatura media superior a los 2.500 ºC. «Suponemos que las nubes se forman en el lado frío nocturno del planeta, y luego se evaporan rápidamente en el lado diurno caliente», dice Armstrong.

«Estos resultados muestran que los fuertes vientos giran alrededor del planeta, transportando las nubes desde la cara nocturna a la diurna. Los vientos cambian su velocidad drásticamente, dando lugar a enormes formaciones de nubes que se acumulan y a continuación mueren», continúa el investigador.

Gracias a esta investigación pionera, los astrofísicos pueden ahora comenzar a explorar cómo pueden haber cambiado con el tiempo los sistemas meteorológicos en otros planetas fuera de nuestro Sistema Solar.

 

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Lunes 12 de diciembre del 2016

Los meteoritos aportan nuevas pistas sobre el origen de la vida en el Universo

Un equipo hispano-italiano liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto que las condritas carbonáceas, minerales que producen los meteoritos, podrían haber tenido un papel importante en el origen de vida en el Universo. El estudio ha sido publicado en la revista Scientific Reports.

 

Las piezas de minerales analizadas, que son capaces de sintetizar compuestos orgánicos claves en la química prebiótica, pertenecen a la colección Antártica de la NASA. "Las condritas son un legado fósil de la creación de los planetesimales que nos aportan información sobre los procesos de agregación de los primeros bloques formativos de los planetas, pero también de todo lo que aconteció en su interior poco después de su formación", explica Josep María Trigo investigador del CSIC en el Instituto de Ciencias del Espacio y quien ha codirigido el estudio.

La investigación revela la importante labor que tuvo el agua que mojó hace unos 50 millones de años, antes de la formación de la Tierra, los asteroides de donde proceden las condritas y promovió la creación de moléculas orgánicas en dichos asteroides que al alcanzar otros planetas abonaron su superficie con compuestos prebióticos.

"La llegada de dichos meteoritos suele ser brusca y causa la fragmentación de éstos y la degradación por las altas temperaturas de los compuestos orgánicos. Por ello, nos decidimos a desarrollar experimentos capaces de sintetizar la materia orgánica a partir de los minerales de las condritas, una vez llegan al suelo y sin que necesariamente sobrevivan los compuestos orgánicos primigenios", añade Trigo.

Los experimentos, que fueron realizados en la Universidad de Tuscia (Italia), consistieron en pulverizar las muestras en un mortero para eliminar cualquier signo de materia orgánica. Tras ello, se expuso el material durante 24 horas a formamida y aguas termáles y marinas previamente filtradas a 140ºC para evitar cualquier contaminación o organismo vivo.

Los resultados indicaron que "incluso si las condritas fuesen pulverizadas y perdiesen sus compuestos orgánicos durante la fase de deceleración y ablación en la atmósfera, aquellos minerales que alcanzasen una superficie planetaria y fuesen calentados en presencia de agua y de formamida estarían en condiciones de reproducir los compuestos orgánicos fundamentales en la química prebiótica", aseguró Trigo.

Estas pruebas apuntan a que estos meteoritos poseen características catalizadoras de compuestos orgánicos desconocidas antes en otras rocas terrestres, las condritas son capaces de sintetizar ácidos carboxílicios, aminoácidos y todas las bases nitrogenadas que conforman el ácido ribonucleico (ARN) considerado precursor del primer organismo con vida.

"Se podría [dar vida] por tanto dar en cualquier rincón de nuestro sistema solar, y por ende del Universo, en donde las condiciones fuesen propicias para mantener agua líquida durante un tiempo razonable: Marte, Europa y Titán, se sospechan como excelentes candidatos a nuestra exploración", sostiene Trigo.

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Lunes 12 de diciembre del 2016

Calculan el descomunal peso de todo lo construido por el hombre en la Tierra


Todo lo construido por los seres humanos para mantenerse vivos sobre la Tierra, la llamada tecnósfera, comprende desde casas, fábricas y granjas a carreteras, minas, aeropuertos, teléfonos móviles, sistemas informáticos, cepillos de dientes o vertederos. Ahora, un equipo internacional dirigido por geólogos de la británica Universidad de Leicester ha hecho la primera estimación de la magnitud de todo lo que lleva impronta humana, y las cifras, si no causan pavor, al menos invitan a una seria reflexión, porque son sobrecogedoras. Resulta que nuestros «cacharros» pesan ya 30 billones de toneladas, una masa de 50 kilos por cada metro cuadrado de la superficie terrestre. Y nuestras producciones son incluso más numerosas que las especies vivas. Produce escalofríos. ¿Puede caber todo eso en el «armario» del mundo?

El profesor Jan Zalasiewicz, uno de los autores del estudio, explica en la revista The Anthropocene Review que los seres humanos y las organizaciones humanas también forman parte de la tecnósfera, «aunque no siempre tenemos tanto control como pensamos, ya que la tecnósfera es un sistema, con su propia dinámica y flujos de energía, y los seres humanos tienen que ayudar a mantenerla en marcha para sobrevivir».

Muchos investigadores creen que vivimos en la época del Antropoceno, que se define por el impacto humano en el planeta, aunque hay un profundo debate sobre cuándo comenzó en realidad. Dentro de esta era tecnológica, «la tecnósfera es parcialmente parasitaria de la biosfera y está evolucionando con una rapidez extraordinaria», apunta Mark Williams, también autor del estudio. «En comparación con la biosfera, sin embargo, es muy pobre en el reciclaje de sus propios materiales, como muestran los crecientes vertederos».

Mil millones de «chismes»

 

Porque nuestros «chismes» acabarán por remodelar el planeta. Como explican los investigadores, se ha permitido la producción de una enorme variedad de objetos materiales, desde herramientas y monedas, bolígrafos, libros y CDs, a equipos más sofisticados y teléfonos inteligentes. Muchas de estas cosas, sepultadas en los estratos, podrán conservarse en un futuro lejano como tecnofósiles que ayudarán a caracterizar y datar el Antropoceno.

Si estos tecnofósiles se clasificaran como los paleontólogos clasifican los fósiles normales -en función de su forma y textura- los investigadores sugieren que el número de tipos individuales de tecnofósiles probablemente llegue a mil millones o más, lo que supera el número de especies bióticas que ahora viven en el planeta. «La tecnósfera puede ser geológicamente joven, pero está evolucionando a una velocidad furiosa, y ya ha dejado una profunda huella en nuestro planeta», advierte Zalasiewicz. A este paso, el mundo podría ser tan horrible como el que muestra la película de Disney «WALL•E», pero la realidad tiene poco de agridulce ficción para niños.

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Viernes 02 de diciembre del 2016

El porque de las cosas - ¿Por qué influye el Atlántico en el clima de la Tierra?

El pasado día 6 publicó El Mundo una historia sobre una almeja longeva que permite seguir las evoluciones climáticas en el Atlántico norte.

El clima en Europa (y la Edad Media cálida y la pequeña edad del hielo son esencialmente europeas) depende muchísimo de las oscilaciones en latitud de una rama de la corriente termosalina que denominamos Corriente del Golfo. Los efectos de esta corriente cálida en superficie no son tanto los directos, un calefactor cerca de las tierras europeas, sino los indirectos: Las corrientes de aire controladas por las temperaturas de la superficie del mar.

Puesto que la atmósfera, en sus ecuaciones, es un sistema altamente no lineal, en ella las fluctuaciones se amplifican, y duran largo tiempo. Así el óptimo medieval y los fríos de la época del Rey Sol duraron unos 200 años.

El clima es el promedio de las variables meteorológicas y oceánicas a lo largo de mucho tiempo. Los climas ''fríos'' son aquellos en los que, en media, la temperatura no sube de -x- grados, los ''calientes, aquellos en los que, en media, la temperatura no baja de otros -y- grados. A lo largo de la historia de nuestro planeta, ha habido etapas en las cuales media Tierra estaba cubierta de hielo (el Carbonífero, por ejemplo) y otras en las que la Antártida no tenía nada de éste.

La escala de tiempo de la atmósfera es muy corta y su memoria no llega a más de 5 días. Sin embargo, el océano tiene escalas de siglos y memorias de milenios. El océano es el almacén de energía de la Tierra, y donde se guarda la mitad del CO2 que se emite en su superficie. El océano cubre, en ciertas épocas, los clatratos del talud continental, llenos a rebosar de metano.

Los océanos se mueven, tienen "vida" propia. Las corrientes marinas, muy lentas, distribuyen la energía de unos puntos a otros de la Tierra. Una de estas corrientes recorre media Tierra en intervalos de 500 años, y ha controlado el clima del planeta en los últimos tres millones de años. Es la gran Corriente Termosalina, una de cuyas partes es la Corriente del Golfo.

La corriente del Golfo es agua recalentada en el Caribe que escapa de éste por el estrecho de Florida, se mueve hacia el norte paralela a la costa de los EEUU hasta el cabo Hatteras y luego cruza hacia Europa, donde al llegar se divide en dos ramas: una baja hacia el sur por las costas de Portugal y vuelve al Caribe, y el otro ramal avanza al norte de Escocia entrando en el Ártico. Al helarse parte de su agua, el hielo suelta la sal disuelta, de manera que el agua de la Corriente se hace muy salada y densa.

  1. ser muy pesada, este agua cae en una cascada inmensa por un talud de 3000 metros entre Islandia y Groenlandia, formando la mayor catarata del planeta. Una vez llega al fondo del Atlántico norte sigue su camino hasta la Antártida, se desvía hacia el Este y avanza hacia el Índico y el Pacífico subiendo a superficie a lo largo de las costas de Sudáfrica, Mozambique y Kenia, girando en superficie al sur de la India y retomando su camino hacia el Caribe pasando por el Cabo de Buena Esperanza, la costa de Angola y cruzando hacia América al norte del Ecuador.

En el Índico se le une el ramal que siguió hacia el Pacífico, subió a superficie en medio de este océano y se desplazó hacia el Índico entre Nueva Guinea, Borneo y Australia.

La corriente se hizo posible cuando los continentes dejaron el Atlántico abierto de norte a sur, con un océano Ártico libre de tierras.

Cuando el hielo deja de formarse en el Ártico, y las tundras canadiense y siberiana envían grandes masas de agua dulce a este océano, el agua deja de tener sal, se hace ligera y no se hunde entre Groenlandia e Islandia. Se detiene la Corriente Termosalina.

La combinación de los ciclos de actividad solar, las variaciones en la inclinación del eje de giro de la Tierra, las variaciones estocásticas y la circulación de la Corriente Termosalina han generado en los últimos tres millones de años, desde que se cerró el Istmo de Panamá, la secuencia de glaciaciones con escalas de cien mil años fríos y veinte mil años cálidos. Es una secuencia que se repite cada vez con detalles cambiantes, pero que en general tiene esas escalas de tiempo.

Son las glaciaciones, a las que se está superponiendo hoy el calentamiento global. El Atlántico, con su circulación termosalina, es una de las causas de esos cambios drásticos en el planeta. La última deglaciación, con la ayuda humana del homo sapiens, se llevó por delante la mega-fauna del Pleistoceno: Mamuts, mastodontes, tigres de dientes de sable y sus compañeros de esa época.

Hoy el cambio climático está generando condiciones similares a las de hace 100.000 años: Se forma mucho menos hielo que hace 50 años, y las tundras están lanzando millones de metros cúbicos de agua dulce en el Ártico.

El cambio climático se acelerará en esta próxima década pues no el Sr. Trump, sino su gobierno y el partido que le apoya están decididos a incrementar las emisiones de CO2, y tras ellos irá China.

Los peligros del cambio climático son muchos y paradójicos: uno de ellos es reproducir las glaciaciones antes de tiempo. Esto ocurrirá una vez sobrepasado un cierto umbral de baja salinidad en las aguas del Ártico. No podemos saber cuál es el umbral, pues las condiciones en este siglo son muy distintas de las que produjeron la última glaciación. Pero sabemos que es posible.

El jueves, en medio del atasco de entrada a Madrid, una ambulancia trataba de avanzar apartando a los coches. En una carretera saturada, un mero pinchazo provoca atascos de decenas de kilómetros. ¿Por qué? Porque no se ha aplicado el principio de precaución. Según este principio, las carreteras deben hacerse con arcenes grandes por los que puedan circular grúas, coches de policía y ambulancias a toda velocidad. Si se hace así, los atascos se reducen de horas a minutos. La precaución es que sabemos que las averías y los accidentes se producen, inevitablemente. Pongamos las medidas adecuadas, no para evitarlos, que también, sino para eliminar sus consecuencias.

El principio de precaución nos dice que las consecuencias del cambio climático pueden ser muy dañinas. Basta con esa posibilidad para que debamos tomar todas las precauciones existentes. Y además, ir eliminando a marchas forzadas los combustibles fósiles genera empleos, y reduce la polución que está matando a millones de personas en el mundo.

Los combustibles fósiles son ya una cosa del pasado. Hoy podemos mantener la sociedad mejor y más rica si los eliminamos. Basta con aplicar la inteligencia en vez de tumbarse a la bartola sin hacer nada.

Aquel que planta su tienda de campaña en el suelo de un torrente seco muchas veces es arrastrado por las aguas. No habiendo ventaja apreciable al hacer eso frente a plantar la tienda en las laderas del torrente, hacer lo primero es signo de locura.

¿Estamos locos?

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Jueves 15 de diciembre del 2016

El satélite de la misión 'ExoMars' envía sus primeras imágenes de Marte

El segundo componente de la misión ExoMars2016, el Satélite para el estudio de Gases Traza (TGO, por sus siglas en inglés) acaba de mandar las primeras imágenes que toma de la superficie marciana, que ha fotografiado mientras calibra sus instrumentos.

 

El TGO viajó a Marte integrado junto al módulo Schiaparelli, que debía aterrizar en Marte. Sin embargo, Schiaparelli se estrelló durante el descenso, quedando inutilizado. El orbitador TGO de la misión ExoMars, fruto de la colaboración entre la ESA y Roscosmos, alcanzó Marte el 19 de octubre y sí logró entrar correctamente en la órbita del planeta rojo.

Durante sus dos últimas órbitas, que tuvieron lugar entre el 20 y 28 de noviembre, probó sus cuatro instrumentos científicos por primera vez desde su llegada a Marte, realizando importantes mediciones de calibración.

Ahora acaban de publicarse los datos de la primera órbita con el fin de ilustrar el tipo de observaciones que se esperan una vez que el satélite llegue a su órbita final casi circular, a 400 km de altitud, el año que viene.

El origen del metano

El fin primordial del TGO es hacer un inventario de los gases poco comunes de la atmósfera, que conforman menos del 1% de su volumen, incluyendo metano, vapor de agua, dióxido de nitrógeno y acetileno.

El gas que más interesa es el metano, debido a que en la Tierra se produce sobre todo por actividad biológica y por procesos geológicos, como algunas reacciones hidrotermales.

Los dos instrumentos que realizan esta función ya han demostrado que pueden captar espectros altamente sensibles de la atmósfera. Durante las observaciones de prueba efectuadas la semana pasada, el Conjunto de Química Atmosférica (ACS) se centró en el dióxido de carbono, que conforma un alto porcentaje de la atmósfera marciana, mientras que el instrumento de Nadir y de Ocultaciones para el Descubrimiento de Marte (NOMAD) estudiaba el agua.

También coordinaron las observaciones con las sondas Mars Express de la ESA y Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) de la NASA, tal y como harán en el futuro.

"Estamos muy contentos y orgullosos de ver lo bien que están funcionando todos los instrumentos en el entorno de Marte, y esta primera impresión nos hace sentir muy optimistas por lo que está por venir cuando empecemos a recopilar datos reales a finales del año que viene", reconoce Håkan Svedhem, científico del proyecto TGO de la ESA, en un comunicado de prensa.

"No es solo el satélite el que claramente está funcionando bien, sino me complace ver una colaboración tan efectiva entre los distintos equipos para ofrecernos estos impresionantes datos".

"Hemos podido identificar áreas con aspectos que perfeccionar mucho antes de que comience la misión principal, y estamos deseando ver de qué será capaz este fabuloso orbitador científico en el futuro".

 
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Viernes 02 de diciembre del 2016

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